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El arreglo barato sale caro

Cesvi comprobó que una mala reparación de colisión encarece el costo del taller y destruye la confianza del cliente.

Una característica de los vehículos modernos es que están diseñados para ser reparados en su totalidad, ojalá con adecuados procesos de sustitución de elementos de carrocería porque siempre está en juego la seguridad activa y pasiva (estructural) del vehículo.

Pero si se realizan procesos inadecuados aumenta el riesgo de que la carrocería pierda su rigidez estructural necesaria en una nueva colisión y, en consecuencia, no proteja a los ocupantes.

Sin duda, en los procesos de reparación y sustitución de componentes de carrocería cobra importancia determinar con criterios técnicos, cuál es la mejor opción entre una operación u otra. Esta decisión la debe tomar con frecuencia el perito evaluador de daños, junto con la experticia técnica del técnico que ejecuta la labor.

Adicionalmente, contar con la información técnica de la marca en la que se indiquen las condiciones de reparabilidad de las piezas, es un aspecto para considerar en la toma de decisión.

Ahora bien, cuando se realizan reparaciones sin viabilidad técnica se corren riesgos y da cabida a que los resultados incidan en la calidad y, sobre todo, en la seguridad estructural.

Esto disminuye, en algunos casos, la resistencia de los materiales y, en consecuencia, ocurre el debilitamiento de zonas que influyen en la seguridad, tanto como activa y pasiva.

Tanto es así que, estudios de otros centros de investigación que han realizado pruebas de choque en vehículos objeto de reparación o sustitución de componentes estructurales, demuestran que las deformaciones ocasionadas por procesos inadecuados pueden presentar deformaciones en áreas circundantes al golpe de más del 45%.

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