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inundación

Mi carro se varó en medio del charco… ¡tranquilo!

El llamado choque hidráulico ocurre con frecuencia y por eso justifica la póliza ‘todo riesgo’.

Era un día de clima extraño, una mañana soleada y picante, en la que a lo largo del horizonte se veía una nube oscura de lluvia.

Alrededor del mediodía, la nube se acercaba más y más hacia el norte de la ciudad avisando con vientos fuertes y chubascos.

Una hora antes de que Juan terminara su jornada laboral empezó el diluvio, pero él estaba tranquilo porque tenía su vehículo en el parqueadero del edificio y quizás en una hora y media o dos, el agua cesaría.

Luego de dos horas de aguacero, la lluvia seguía con la misma intensidad y, además, borrasca. Juan decidió quedarse adelantando trabajo porque no le gustaba manejar bajo esas condiciones. Finalmente, una hora después la lluvia había amainado.

Rumbo a casa se encontró con las vías bastante congestionadas por una gran inundación. Juan se preocupó porque su vehículo no era muy alto, así que sabía que debía pasar lento y con mucho cuidado. Cuando le tocó su turno, un vehículo mucho más grande aceleró bruscamente para adelantarlo y generó tal oleaje que hizo que su motor se apagara.

Juan sabía que al entrar agua bajo el capó podían ocurrir daños mecánicos o eléctricos y más cuando el motor se apagaba. Entonces, decidió llamar a la aseguradora y no correr riesgos. La compañía le envío una grúa para que llevaran el vehículo y a Juan hasta su apartamento.

Al día siguiente, la grúa llevó el vehículo al taller con un resultado desolador: se presentaron daños mecánicos por ingreso de agua al motor y de algunos componentes del sistema eléctrico, por lo que Juan decidió utilizar su póliza para cubrir la reparación y solamente asumir el deducible.

Un par de semanas después Juan quedó muy satisfecho porque tiene su vehículo a disposición gracias a que la aseguradora lo acompañó en todo momento y cubrió la mayor parte de los onerosos gastos.