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¡Pilas con el carro del vecino!

No contar con el seguro voluntario puede ocasionar gastos extras que afectan directamente el bolsillo de la persona.

Era domingo y Felipe se había despertado a las 7 am para ir a jugar tenis. Ese día decidió jugar con sus hijos una hora adicional de lo usual. Luego de pasar un rato muy agradable y placentero, los llevó a su lugar favorito de desayunos en el norte de la ciudad.

Luego de comer se dirigieron a casa a descansar un rato porque la jornada del cansancio deportivo se hizo sentir intensamente. En la tarde, la prima de Felipe llamó para invitarlos a almorzar y tener la tertulia con café que usualmente programan el primer domingo del mes.

Felipe sentía cansancio, inclusive pensó en cancelar la cita con su prima, pero sus hijos querían compartir la tarde en familia. Cuando estaba sacando el carro del parqueadero no se percató de la cantidad de giros que le dio al volante, pero si del chillido crujiente que generó el roce de las latas de su vehículo con el del vecino.

En ese momento, lo primero que hizo Felipe fue comunicarse con la aseguradora para avisar la situación; la compañía le informó sobre el proceso a seguir y le envío el respectivo equipo de asistencia para acompañarlo.

Después, por medio de la portería de su edificio, Felipe informó al vecino sobre lo sucedido. Afortunadamente, el vecino se encontraba disponible y su vehículo también estaba asegurado, por lo que también llamó a la aseguradora para que le enviaran el apoyo respectivo.

Felipe canceló la cita con su prima, mientras llegaban los respectivos servicios de asistencias de las compañías. Cuando éstos llegaron, les ofrecieron utilizar la plataforma MARCUS para realizar un acuerdo amistoso, capturar las fotos de los vehículos y que luego las compañías pudiesen continuar con los respectivos procesos de reparación de los vehículos y de recobro a la aseguradora del vehículo del conductor responsable del incidente.

Unos días después, cada compañía le indicó a su respectivo asegurado (Felipe y el vecino) los talleres de reparación a los que podían llevar el vehículo para que hicieran la valoración de los daños.

Luego de que el perito de la aseguradora aprobara la reparación basada en el análisis de los daños estimada por el taller, se realizaron los ajustes a los vehículos y en un par de semanas les entregaron los vehículos como si no hubiera pasado nada.

Posterior a recibir los vehículos, Felipe invitó a la prima y su familia a casa a almorzar y después de contarles la historia, reflexionó sobre la importancia de contar con su seguro voluntario de autos porque él jamás pensó que podía cometer un error saliendo del parqueadero y dañar tanto su vehículo como el de un vecino.

Además, de ser una situación incómoda, de no contar con los seguros respectivos, se pueden ocasionar una serie de gastos extras que afectan directamente el bolsillo de la persona.